Este artículo habla de la BIODANZA, un
sistema que promueve los derechos de la vida y por ende de la naturaleza y de
los seres humanos. Ella ha dado vueltas por el mundo, gracias a la incansable
labor de su creador Rolando Toro que en el 2001 fue nominado al Premio Nobel de
la Paz. En Bolivia ella ha sido aplicada en diferentes espacios grupales, con
el impulso de de dos bolivianos ligados al mundo de la educación, la
investigación y la didáctica, con el fin de compartir lo que une a todos los
pueblos de la tierra: las ansias de lo trascendente, la búsqueda de la armonía.
A continuación se presenta un testimonio y una reflexión sobre sus principios y
propuestas sobre la base de sus experiencia, que aún continúa en nuestro medio,
llevada a delante por una de las personas que ha promovido su expansión.
En primera instancia debemos reconocer
que el hombre primigenio estuvo ligado al cosmos a partir de su relación con la
tierra y las estrellas, interactuaba con ellas e interpretaba las leyes
naturales respetando su unión trascendente. Fue con el pasar del tiempo que él
se fue alejando de estas dos fuentes de sabiduría y hoy debe reconocer su
necesidad de volver a encontrar ese lazo con todo el cosmos como manantial de
energía.
Evolucionando en su desarrollo cortical,
ligado al lenguaje en pensamiento o sonido audible, el hombre encontró una
nueva forma de relacionarse con el mundo donde medió la palabra; pre-definido
por la filogénesis de su especie que lo determinaba como un ente que la
produciría. Con ella calificó sus relaciones y a través de ella encontró
diversas formas de utilizarla.
bibliografia
Hermosillo, Elizabeth"La danza ecológica cosmogónica"
No hay comentarios.:
Publicar un comentario