martes, 22 de abril de 2014

Arquitectura Sustentable: El Origen


La evolución de la sociedad y la industrialización, han dado como resultado modas o estilos arquitectónicos que tienen como base el uso de materiales no sustentables y dañinos para el medio ambiente. La arquitectura sustentable –una necesidad, que es a la vez tendencia y negocio a futuro- propone una vuelta al origen y a los materiales nobles propios de cada región. Por los beneficios que conlleva, vale la pena rescatar sus principios e impulsar su uso.
Construir con criterio ecológico, contribuyendo a reducir los efectos nocivos sobre el medioambiente y diseñando en función del entorno en el que las construcciones son emplazadas.  Elevar construcciones elaboradas con elementos propios de cada región, tomando en cuenta los factores climáticos de cada población, los materiales accesibles en cada zona, las características de la vegetación y las necesidades de sus habitantes. Esos son algunos de los principales objetivos de la llamada arquitectura sustentable o ecológica, una forma de concebir el diseño de manera sostenible y utilizando los recursos naturales como fuentes de energía y de  inspiración.
Proyectar de forma sustentable también significa crear espacios saludables, viables económicamente y sensibles a las necesidades sociales de una determinada comunidad. Los beneficios son claros: no sólo se edifica minimizando los efectos medioambientales perjudiciales, sino que además se logran construcciones mejor integradas al paisaje.
La nueva conciencia ambiental es la que trae aparejados, entre las incontables transformaciones que impone a la vida humana, cambios drásticos en las formas de diseño y construcción edilicia.
En el cruce entre el medio natural y el medio urbano, son esenciales los principios de sustentabilidad y equilibrio medioambiental, que llevan a pensar en los nuevos edificios según las diversas propiedades de los lugares en que estos se construyen.
Es por eso que se considera el entorno natural, el ciclo del agua, el tratamiento de residuos sólidos, el ahorro energético, la rehabilitación o la arquitectura bioclimática y la resolución de problemas de accesibilidad, como variables a tener en cuenta en las distintas etapas de planificación y edificación. Las variables climáticas y topográficas específicas de cada lugar son parte indisociable del diseño de cada proyecto.
Se tienen en cuenta el sol y la radiación solar sobre una determinada región, la vegetación, la humedad ambiental, los controles frente al viento, el ruido, la contaminación y calidad del aire, así como la geomorfología del territorio y sus condicionantes -naturaleza de las rocas, características de los suelos, pendientes etc-.
El término "arquitectura sustentable" proviene de una derivación del término "desarrollo sostenible" (del inglés: sustainable development), aquel que satisface las necesidades de una determinada generación sin comprometer la capacidad de que las siguientes satisfagan sus propias necesidades.  El concepto del desarrollo sostenible se basa en tres principios fundamentales: el análisis del ciclo de vida de los materiales; el desarrollo del uso de materias primas y energías renovables; y la reducción de las cantidades de materiales y energía utilizados en la extracción de recursos naturales, su explotación y la destrucción o el reciclaje de los residuos.
La eficiencia energética es una de las principales metas de la arquitectura sustentable, aunque no la única. Es por eso que los arquitectos utilizan diversas técnicas para reducir las necesidades energéticas de edificios mediante el ahorro de energía y para aumentar su capacidad de capturar la energía del sol o de generar su propia energía. La calefacción solar activa y pasiva, el calentamiento solar de agua activo o pasivo, la generación eléctrica solar, la acumulación freática o la calefacción geotérmica, y más recientemente la incorporación en los edificios de generadores eólicos, son algunos de los recursos de diseño más utilizados a estos fines.
Es un hecho que a medida que aumenta la prosperidad en las sociedades contemporáneas, se incrementa el consumo. Ello conlleva un mayor empleo de recursos naturales, y la consecuente generación de residuos y, finalmente, la producción de CO2 (carbono). La gran paradoja, sin embargo, es que las naciones más avanzadas del mundo son también las que más contaminan.
La industrialización siembra las semillas de su propia destrucción, ya que genera altos niveles de emisiones de carbono que conducen directamente al calentamiento global –ver recuadro aparte-. La arquitectura por sí sola no puede resolver los problemas ambientales del mundo, pero puede contribuir significativamente a la creación de un hábitat humano más sostenible y saludable.
En este marco, la arquitectura sustentable apunta a utilizar materiales que puedan ser fácilmente reciclados o reutilizados y no contengan productos peligrosos o contaminantes y fomentar el ahorro de materias primas y energía.
La posibilidad de diseñar con austeridad y simplicidad, es coherente con esta forma de edificación que hace honor al viejo lema 'menos es más' (less is more).
En Argentina, asociaciones como Green Building Council (AGBC) -organización no gubernamental, sin fines de lucro- realiza reuniones, conferencias y sesiones informales fomentando la participación de los profesionales para impulsar la implementación de iniciativas sustentables, tanto en el ámbito local como global. Su principal objetivo es posicionarse como la organización que lidere el diseño ecológico –ver recuadro-, implementando iniciativas sustentables y soluciones que tomen en cuenta temas ambientales urbanos y suburbanos originados por la industria de la construcción, crear un cuerpo de certificación de edificios independiente, y educar al público y sectores privados acerca de la sustentabilidad.


Bibliografía:
http://www.revistacabal.coop/arquitectura-sustentable-volver-al-origen

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